Siesta en C.U.
Sin duda, el enfrentamiento entre Pumas y América siempre genera grandes expectativas. Al grado de ser considerado un partido de alto riesgo por las autoridades, ambas escuadras suelen mostrar lo mejor de cada uno cuando chocan, pues más que puntos, se juegan el orgullo.
Este martes se jugó otra edición del clásico capitalino, ahora en la fase de grupos de la Copa GNP. Quizás era el encuentro más esperado del torneo, sobre todo por el espectacular partido que dieron en la penúltima jornada que se jugó del Clausura 2020 antes del repentino parón. Pumas y América demostraron lo que era un duelo entre equipos grandes e históricos, quedando 3 a 3 pero demostrando que el partido se deja de jugar hasta el pitazo final.
Todo pintaba para ver otro duelo similar, el escenario era el mismo, Ciudad Universitaria por la noche. Dio inicio el duelo y los universitarios comenzaron a manejar los tiempos del partido, todo lucia vertiginoso y las escenas del último capitulo entre estas escuadras parecían repetirse, el ataque de los auriazules era comandado por Sebastián Saucedo, quien al minuto 6 mandó el balón a un costado del palo.
Pero los grandes héroes suelen tener finales trágicos, espectaculares, pero trágicos. Poco antes del minuto 25 Saucedo tomó el balón en su campo y comenzó su carrera hacia el arco rival, durante su galopada dejó atrás a Giovanni Dos Santos con un caño, de esos que te provocan una vergüenza que te quieres enterrar para que no te saquen nunca, sin embargo, el balón se le alargó al jugador universitario por lo que tuvo que estirarse en tres ocasiones para no perder el balón.
La jugada fue magnifica, el esférico terminó en pies amigos, pero el cuerpo de Saucedo no resistió y le cobró factura de manera inmediata. Salió de cambio al minuto 24 por un tirón en el muslo y con él se fue todo el futbol de la cancha.
Los siguientes 76 minutos fue una lucha ríspida y torpe, careció de toda idea y estrategia, con un sinfín de cambios que lejos de ayudar convirtieron el espectáculo en un remedio para el insomnio. Y ahí llegó el golpe de realidad, el torneo es una invención, los juegos son de pretemporada, no hay nada en juego y nadie se quiere arriesgar. Aunque la intensidad siempre estuvo presente, el futbol los abandonó cuando se fue Saucedo del césped, dejando solamente un tristísimo 0-0.